jueves, 22 de diciembre de 2011

2011-12-18 - La Picota (Gredos)



Dice el refrán: Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo. El domingo 18 de diciembre del 2011 el grajo volaba por los túneles del metro o más abajo... ¡que rasca!.



Cerca de las 06:00 de la mañana arrancábamos mi hermano y yo desde Serranillos con intención de recorrer la cresta de la Sierra del Cabezo. Caminar de noche tiene varias ventajas, una de ellas es que no ves la que te viene encima superando buenos desniveles sin apenas notarlo. Por otro lado es una obviedad que la orientación es más complicada convirtiendo el GPS en un aliado muy útil, aunque de momento no habla como los otros "gire a la izquierda en el próximo hito".



Poco antes de las 08:30 buscamos cobijo del viento del Noroeste detrás de unas rocas en el Risco de Miravalles, decidimos parar para disfrutar de la puesta de sol a 2000 metros de altitud y reponer un poco de fuerzas. La parada se hizo larga, duró algo más de media hora dando tiempo a sentir como el frío se iba apoderando de nuestros cuerpos. No nos preocupaba, ahora tocaba subir.



Con la claridad del día veíamos como nuestro primer objetivo, el Cerro del Cabezo, se escondía entre las nubes procedentes de las vecinas cumbres del Norte. La cosa no pintaba muy bien pero no teníamos ninguna intención de abortar por una niebla, confiamos en que el calor del sol arreglaría el asunto y sin pensarlo dos veces tiramos hacia arriba, es la mejor manera de quitarse el frío.



Cerca de la cumbre la cosa se complicó y ahora sí era seria. Las enormes rocas que forman esta cima estaban cubiertas de algo que no sabría si llamarlo verglas, era una capa de pequeños pegotes de hielo blando, como gotelet pero a lo bestia, que dificultaron bastante alcanzar el cartel de la cima. Después de cargar con el material de invierno resulta que la situación era la más subrealista, se pueden utilizar los crampones en roca pero es un verdadero coñazo y si para una sencilla cima tuvimos que tener mucho cuidado y utilizar hasta las rodillas, lo mejor es que ahora venía la parte más expuesta de este cordal, una arista que en condiciones más favorables tiene que ser muy curiosa. El viento era considerable y la niebla aunque no muy densa tampoco nos dejaba ver demasiado bien.



Nos acercamos a ver el cuerno que entiendo es lo que en realidad se conoce como La Picota y confirmamos que intentar la arista debía quedarse para otro momento, la roca resbalaba demasiado.



El descenso sencillo pero duro, a veces es preferible subir esas rampas que bajarlas. Una vez superado los tramos más empinados nos tiramos en un prado, la temperatura superaba en dos o tres grados el nivel del cero pero después de lo que hacía arriba esa no era nada. Jose incluso llego a pegar una cabezadita, literal.



Desde aquí recorrimos la garganta que baja hasta Serranillos disfrutando del paisaje que no habíamos contemplado a la ida. La cumbre acabó despejando pero el frío abajo seguía siendo notable. Siempre que fracasa un plan deja un sabor amargo pero tienes la certeza que has acabado sin problemas y podrás volver.


1 comentario:

jose dijo...

brother, muy buena ruta, 1.100 metros de "subidita"en pocos kilometros es lo que más mola, subida dura y continua, aunque como bien dices la noche ayuda, no ver lo que queda lo hace más sencillo, eso si, !! que frio !! suerte de esa siestecita, 10 minutitos más de sueño y me criogenizo, jeje