miércoles, 25 de mayo de 2011

2011-05-22 - Garganta del Río Moros

Un placer pasear por estos pinares cuando la primavera en su plenitud nos enseña toda la gama de colores sobre un tapiz que abarca todos los tonos de verde. Y el placer se multiplica por mil cuando puedes hacerlo acompañado de tus genes, aunque no consigas convencerlos de llegar hasta la presa aún teniéndola a tiro de piedra.

Ellos mandan. A su favor debo decir que aunque la ruta se puede hacer con niños, hay que tener en cuenta que la distancia recorrida supera los once kilómetros añadiendo al menos otro más si se llega hasta la primera presa. Vamos que la ruta es para niños andarines. No obstante siempre se puede acortar donde a cada un@ le plazca.

El camino es amplio y cómodo, se podría hacer incluso con carrito de bebé, se debe prestar atención ya que es probable encontrar ciclistas y aunque estos pasen con cuidado los niños pueden estar a lo suyo y no percatarse de su paso. Y ya se sabe, los niños son imprevisibles.

Desde San Rafael sale una carretera que se dirige hasta El Espinar estación (ojo no confundir con el pueblo). Una vez ahí seguir por la misma carretera hasta acceder a La Panera. Hay bastante sitio para aparcar antes de atravesar el Puente de La Panera. Aunque en los meses más cálidos la zona recreativa se pone hasta arriba, yo creo que estas zonas de aparcamiento que menciono no estarán tan llenas. Así y todo... para ir a la montaña hay que levantarse temprano.

L@s más aventurer@s pueden continuar el camino hasta la siguiente presa conocida como El Vado de Las Cabras. Aunque el camino continua, mas adelante tendríamos la opción de llegar hasta una cantera o retroceder paralelo al camino que hemos subido pero por cotas algo más altas. En este punto estariamos rodeados de lugares emblemáticos de las cumbres de Guadarrama: El cordal de La Mujer Muerta, el Collado Tirrobarra, Montón de Trigo, Cerro Minguete, Peña Bercial. Aunque el bosque lo complique desde la presa se pueden contemplar gran parte de estos lugares.

Pero no todo iba a ser tan bonito, lo malo que tiene este sitio son los domingueros. Gente que piensa que el campo les pertenece y que pueden hacer lo que les de la gana. Por favor, disfrutad del campo dejándolo igual ¡o mejor! que antes de pasar por ahí. No hace falta llevarse la Wii para comerse una tortilla sentado en una piedra. La señal de la foto de abajo quiere decir que no se puede circular por ahí (tampoco aparcar, claro). Y solamente una bonita palabra básica en cualquier momento: respeto.



Descargate el track de esta ruta aquí: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1738962

2011-05-20 - Puerta del Sol








sábado, 14 de mayo de 2011

2011-05-08 - Barranquismo en Poyatos II



No solo de andar vive el montañero. Fue lo que nos dijimos mi hermano y yo cuando a principios de Abril subíamos Los Galayos mientras nos hundíamos en la nieve primavera, en algunos tramos hasta por encima de los mismísimos. Las montañas en pleno deshielo llenan los barrancos, cañones, arroyos y ríos de abundante agua brava y salvaje, ¿qué mejor escenario para colocar una línea entre la montaña de invierno y la de verano que aprovechar toda esa agua descendiendo un barranco?




Empezamos a avisar a los colegas (perdón por si alguno se quedó en el tintero, que esté listo para la próxima) y a las 06:00 de la mañana nos encontrábamos en el lugar de reunión con destino al Camping Serranía en la localidad de Poyatos (Cuenca). Ahí habíamos quedado con los guías, monitores, profesionales o como queramos llamarlos de la empresa que habíamos contratado para la ocasión. La misma carretera que hay que tomar para acceder al camping conduce, unos 3 km más adelante, a un puente que será el punto donde finalizaremos el barranco. En este lugar nos equipamos con el neopreno, arnés, casco, etc. y dejamos la ropa seca en un coche para poder cambiarnos al regreso.




Con el resto de los coches desandamos la carretera hacia Poyatos y una vez pasado este en dirección Beteta, como a unos dos kilómetros del pueblo, hay un camino a la derecha que enseguida se ensancha pudiendo dejar ahí el resto de los coches. Siguiendo ese camino, ya a pié, se llega a un viejo puente donde se puede iniciar el barranco, nosotros en esta ocasión avanzamos unos metros por una senda que hay a la derecha para evitar el primer destrepe/rapel. En total nos juntamos 14 personas y eso supone mucho tiempo en cada paso delicado, especialmente cuando hay que montar un rápel, así que había que ganarlo por algún otro lado.




No voy a entrar en descripciones técnicas del barranco ya que, aunque no es la primera vez que lo practicamos (no todos), no es el terreno por el que solemos movernos, de hecho por ahora no hemos tenido la intención de practicarlo a nuestro libre albedrío y siempre lo hemos hecho contratando guías y material. Simplemente quiero dar alguna orientación que pueda servirnos para recordarlo o incluso hacerse una idea a quien no lo conozca.




El agua abúndate en todo el recorrido hizo que la aventura fuera muy entretenida. En seguida te encuentras con el primer salto que parece que te vas a comer las paredes. A continuación el primer rápel, probablemente el más complicado por el agua, aunque la buena labor constante de nuestros guías Moni y Toni hizo que en toda situación nos encontráramos tranquilos y seguros. Unos cuantos saltos más, destrepes, tramos a flote por cerrados pasillos, pequeños toboganes, cuidado con la piedra… ¡ay!, moratón para mañana. Otro rapel, y otro más, este nos lo saltamos por un destrepe con pasamanos que hay a la derecha… somos muchos y se nos va a hacer tarde. Que paisajes, el tercer rápel acaba en una bóveda construida por mamá naturaleza de las que te dejan sin texto.




El último rápel probablemente sea el que más se disfruta, la única complicación que tiene es que en su tramo final resbala bastante, pero es el más largo y con el rodaje de los anteriores deja muy buen sabor de boca. A partir de aquí el barranco se va convirtiendo en arroyo y solamente hay un tramo destacable donde en otras condiciones se podría optar por un tobogán o dos saltos de diferentes alturas, en esta ocasión tuvimos que optar por el tobogán ya que la poza donde había que hacer el salto estaba llena de arena y no cubría lo suficiente para asegurar un buen final. El resto de la ruta consiste en ir manteniendo el equilibrio sobre el resbaladizo fondo del arroyo, pudiendo disfrutar de algún baño en los numerosos yacusi.




Y después del baño, la foto de rigor y a comer algo en el camping que el hambre aprieta después de tantas horas de ejercicio. Había que celebrar que todo había salido bien, algún dolor por ahí, a algunos un poco más que a otros pero nada excesivamente grave, los guías solamente tuvieron un pequeño y perdonable retraso, el tiempo soleado, apacible y la compañía… para que hablar… lo mejor de lo mejor, un día memorable.




Solamente resta decir que aunque en esta ocasión los cramponeros fueron escarpineros, los que fuimos son y serán: Carlos, Abelardo, Chemi, Iñaki, Rubén, Jose, David, David, Álvaro, Raúl, Paco y QuiQue… un servidor.

Descargate el track de esta ruta aquí: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1690439