Sobre las 08:45 atravesábamos la plaza de Valverde los Arroyos. La quedada en un nuevo punto fue un poco turbulenta, era de prever. Silbidos, llamadas, mensajes y mapas de gasolinera, Almodovar hubiera estado encantado de ser un Cramponero. Así y todo llegamos lo suficientemente temprano como para disfrutar del pueblo solo para nosotr@s.
Valverde los Arroyos (Guadalajara) se encuentra a 1.255 metros de altitud, es un pueblo de postal que merece la pena ser visitado. Hay una ruta muy sencilla y muy transitada que lleva a unas cascadas cercanas. Nuestro objetivo el Ocejón, al cual veremos prácticamente durante todo el recorrido.
El ascenso no tiene ninguna complicación técnica en estas fechas, la senda es muy cómoda y salvo algunas zonas más empedradas el único inconveniente a salvar será la considerable ascensión a afrontar.
El otoño está cerca y el tiempo comienza a ser muy inestable, los partes para el día anunciaban chubascos e incluso tormentas a partir de mediodía. La lluvia puede convertir este grato camino en una pista de patinaje en las zonas rocosas, sobre todo en las más altas donde abunda la pizarra.
Este fue el principal motivo por el que desistimos de visitar la chorrera, así que tuvimos que conformarnos con verla a lo lejos. Hay una ruta que sube, con alguna trepada, por las terrazas que se encuentran a la izquierda de la chorrera para acceder al Ocejón atravesando la Loma de la Pineda Parece interesante.
La pendiente no es muy pronunciada pero es prolongada, el camino es evidente y bien señalizado, solo queda adaptarse al ritmo que nos permita nuestra "patata" y tirar para arriba. Antes de llegar al Collado del Hervidero giramos hacia el SurEste, hacia el Collado del Ocejoncillo.
En el collado vimos por primera vez en esta ruta la vertiente SurOeste, ya ha pasado lo peor, la cumbre esta cerca y ahora viene el tramo más interesante de la jornada.
La pizarra es la roca reina en el Ocejón. Subimos por una senda muy marcada y muy pisada, incluso con escalones que algun@s querrían mecanizados.
En la cima las vistas son soberbias, muy cerca El Lobo y El Cerrón, a lo lejos incluso se distingue Peñalara y la Cuerda Larga. El día no era muy claro para la cámara pero los ojos si llegaban a distinguir puntos lejanos.
Al otro lado de la cresta se encuentra el otro Ocejón, como ya he contado en otra aventura aquí (2013-12-29 - Ocejón Oeste), el Ocejón más que un pico es una cresta.
Como el viento venía del Este en esta ocasión la parada y repostaje lo hicimos bajando unos metros hacia el Oeste.
No sin antes hacernos la foto de rigor en el vértice geodésico. Hasta aquí hemos recorrido 6,3 kilómetros, ascendiendo unos 800 metros en 2 horas y 40 minutos.
La parada fue larga y dio tiempo a hacer muchas fotos, la Loma de la Pineda es muy escarpada por su cuerda, bajando a la derecha están los Castillares y más abajo el pueblo de donde venimos y a donde tenemos que regresar. La expedición no acaba hasta que no regresas.
Las nubes de evolución van engordando con la humedad del ambiente dibujando sombras en las montañas. Reanudamos la marcha sobre las 12:00 h, después de la subida el bocata y mucha agüita ahí se estaba de lujo, pero el parte meteorológico era de tener en cuenta.
Antes de bajar nos pasamos por el "otro Ocejón" a ver si teníamos alguna carta, pero hoy en día con el "güasat" es raro recibir algo.
A las dos en punto estábamos bebiendo agua en la plaza del pueblo tras recorrer exactamente el mismo camino.
Es una maravilla poder disfrutar de la montaña, pero es un privilegio poder hacerlo con buen@s amig@s. En esta ocasión nos juntamos Valle, Araceli, David PK y yo. En total recorrimos 12,64 kilómetros, con una ascensión acumulada positiva de 787 metros en un tiempo de 5,5 horas.
Más fotos, mapas y datos en wikiloc: aquí
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