lunes, 18 de julio de 2011

2011-06-16 - La Mujer Muerta Nocturna

A las 22:04 horas del día 16 de Julio de 2011 cogíamos el tren que lleva hasta Cercedilla para realizar un pateo nocturno, aprovechando la “casi” luna llena que tocaba este fin de semana. La intención: hacer La Mujer Muerta y coger el tren de vuelta en El Espinar. Comenzamos a andar sobre las 23:30 y en una hora nos encontrábamos en la Fuente de Majavilán donde nos comimos los huevos (como siempre) y empezamos a disfrutar de la imagen de la luna, la parada fue larga pero el momento lo merecía, algo más de media hora de relax y a afrontar la Calzada Romana, quien la conozca ya sabrá que tiene su miga. El cielo totalmente despejado, solo por la zona de Fuenfría se veía un nubarrón, con un poco de suerte podríamos ver la luna, un poco más cerca, durante toda la noche.

A las 02:13 llegábamos a la Fuenfría y nos pegamos un traguito de la escasa agua que salía del caño de la fuente. Las nubes ya no nos dejaban ver la luna y el panorama por la zona del Minguete y Montón de Trigo no era muy alentadora. Decidimos seguir, a pesar de que según cuenta la leyenda, los hijos de La Mujer Muerta acuden a menudo en forma de nube a besar a su postrada madre, yo más de una vez he visto la sierra despejada excepto este cordal y poco más a su alrededor. Con la oscuridad de la noche e introduciéndonos poco a poco en la niebla, llevadera por el momento, nos plantamos en el Collado de Tirobarra. Subimos unos metros para aprovechar el cobijo de La Pinareja e hicimos una parada para reponer fuerzas y plantearnos la situación. Hacía frío pero íbamos preparados ya que lo preveíamos, no contábamos con las nubes que no descargaban pero las veíamos que ahí estaban, eran las 03:45 y todavía no se podía apreciar con claridad el estado del cielo. Y como nos encontrábamos bien equipados, con fuerzas y cobijados por nuestro amigo el Gipiese decidimos continuar.

La subida hasta La Pinareja no fue muy complicada, había algo más de niebla pero se podía seguir medio bien la “senda” tan pisada que sube hasta esta cumbre. La piedra no estaba mojada y la dificultad consistía en la normal en esta ruta y a esas horas, añadiendo ese, por el momento, pequeño incordio que suponía la niebla. Visita rápida a la cumbre y a seguir con los planes que son las 04:32 y todavía queda bastante trecho.


Conocíamos la dificultad del tramo entre La Pinareja y La Peña del Oso, lo teníamos registrado anteriormente con el GPS (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=217281) durante un día muy claro donde podíamos elegir muy bien donde pisar y se veían los hitos perfectamente. Descendimos unos metros y la cosa comenzó a cambiar terriblemente, la niebla se torno en espesa y nos encontramos metidos entre millones de minúsculas gotas de agua que nos atacaban desde el Noroeste. La niebla ya la habíamos tratado más veces y sabemos lo fácil que es desorientarse, de hecho solo hay que ver el track que hemos registrado. Ya con el GPS en la mano íbamos buscando los hitos con muchísimo cuidado, la roca ya no estaba seca como antes y había que extremar precauciones. El peor momento fue durante un rato que la lluvia lateral me obligo a quitarme las gafas y llevarlas en el bolsillo, Juan iba delante y me pegué a él avisándole del problema, después de unos metros de cruel ventisca me dice: ¡No veo absolutamente nada!... menudo panorama. A las 05:48 hicimos cumbre en La Peña del Oso, tardamos casi 01:15 mientras que en el 2008 lo hicimos en unos 40 minutos.


La bajada del Oso en dirección al Pico del Pasapán la hicimos todavía de noche, más o menos en el collado comenzó a clarear, las nubes no desaparecían pero al menos podíamos intuir el cordal y los resaltes cercanos con facilidad, lo difícil lo habíamos pasado y nos encontrábamos bastante bien de fuerzas y de ánimos. Las botas de verano no pudieron soportar tanta agua y hasta su gorotex sufrió la embestida del suplicio que habíamos pasado rindiéndose pero luchando hasta al final, los últimos kilómetros notamos algo de humedad en los píes, el resto de la ropa empapada pero sí cumplió su cometido y nosotros no nos llegamos a mojar ni pasamos frío. El Pico del Pasapán a las 06:45, y el puerto del Pasapán a las 07:10 y desde aquí unos 10 kilómetros hasta llegar al Espinar casi todos de bajada, en un principio por una senda marcada con hitos y luego por un nuevo concepto que consiste en una pista/cortafuegos/camino/autopista y finalmente por carretera. El tiempo mejorando poco a poco y cuando la ropa estaba totalmente seca y faltaba como un kilómetro para llegar se pone a llover medio serio otra vez. Llegada a las 09:36, en total poquito más de diez horas con dos paradas de casi una hora entre ambas, 26’5 kilómetros y casi 1300 metros de desnivel acumulado.


La ruta en wikiloc la califico como difícil aunque en la situación que nos encontramos Juan y yo la debería calificar como solo expertos. De este modo quiero decir que hay que tener muy claro cuando uno se lanza a una aventura de este tipo, esto no es un juego, no solo la experiencia, la preparación y el equipo son determinantes para salir airosos en estos momentos, existe un factor denominado suerte que es directamente proporcional a los otros, no podemos despreciarla. La montaña es impredecible y tan pronto puede mostrar su cara más angelical como de repente cambiar para convertirse en un verdadero infierno, no os lo toméis a broma por favor.

Ah, las fotos. En esa situación apenas hay momentos para sacar la cámara. La primera es de La Pinareja desde su falda, la segunda somos Juan y yo aguantando el chaparrón y la tercera es el cordal de La Mujer Muerta visto desde el Alto del Casetón, imaginaos que no hay nubes jejeje.


No hay comentarios: