2011-12-06 - Camino de Santiago Madrid 02
Cantoblanco - Colmenar Viejo
Empieza lo divertido, al menos para mí, la cabra tira al monte. Mucho campo, casi todo el camino, al principio Madrid muy cerca y la Sierra de Guadarrama a lo lejos, al final Madrid se va perdiendo en el horizonte y la sierra está a un tiro de Piedra.
Poco antes de las 08:15 llegaba en tren a la estación de Cantoblanco justo a tiempo para ver amanecer desde las pasarelas que atraviesan la Carretera de Colmenar. Como buen madrugador he visto empezar el día muchísimas veces y es algo de lo que nunca me cansaré. Es un momento al cual le puedes colocar mil adjetivos, cada día cambia aunque lo veas en el mismo lugar pero si lo ves desde lugares diferentes es algo completamente mágico.
En la antigua estación de Valdelatas, hay dos opciones para hacer el camino. Yo decidí tomar la ruta que transcurre entre las vías del tren y el muro que delimita El Monte del Pardo, zona escarpada con muchos sube y baja que esquivé fácilmente caminando por las vías desmanteladas que daban servicio a la mencionada estación. En menos de una hora pasaba por la estación de El Goloso, desde ahí el itinerario hasta Tres Cantos (no se atraviesa la población) consiste en primer lugar en camino cómodo y el tramo final en un sendero que discurre encima de las galerías del Canal de Isabel II, paralelo al carril bici y en alguna ocasión no existe otra opción que transitar sobre el mismo.
Cuando carril bici y camino se separan Colmenar Viejo aparece al frente con la sierra madrileña de fondo. Los que la conocemos un poquillo podemos distinguir claramente, si las nubes lo permiten, todos los puntos claves, destacando en nuestro frente la Cuerda Larga y como no el famoso Yelmo de La Pedriza que localizaremos en el extremo izquierdo de nuestro objetivo.
A partir de este punto se descienden unos metros hasta alcanzar el Arroyo de Tejada, siguiendo su curso en sentido ascendente hay que atravesarlo unas seis veces pasando sobre unas piedras colocadas al efecto. Este paso puede ser complicado para alguna gente que pueda sentir vértigo, yo no los llevaba y pasé sin demasiado problema pero un bastón puede ayudar mucho para hacerlo más sencillo.
El camino está muy bien marcado y es fácil de seguir, no tuve necesidad de utilizar el GPS para orientarme. Al finalizar la zona del arroyo aparece el primer mojón con indicación kilométrica hasta Santiago: 648 Kilómetros, "na dos patás". Al mismo tiempo comienza otro tramo de los que en verano puede ser durito, apenas hay sombras, terreno labrado y poco más hasta llegar a Colmenar Viejo.
A la entrada de Colmenar es obligatorio echar un vistazo atrás y disfrutar de la la lejanía de la silueta de Madrid. Al otro lado Colmenar nos recibe con la Ermita de Santa Ana y su descansadero, donde aparece por primera vez otro símbolo emblemático del Camino de Santiago: El Cruceiro. Desde aquí me dirigí a la estación de Colmenar Viejo, queda un poco apartada del pueblo y preferí dejar la visita a este para la próxima ocasión. Una etapa bonita y entretenida, con muchos alicientes y lugares variopintos para hacerla divertida incluso para niños "andarines" y con una muy buena combinación de transporte.
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