Comiéndonos los huevos |
Temprano, muy tempranito, tal vez demasiado temprano. Nos comíamos los huevos en la estación de tren de Cotos: Manolo, que se estrenaba con nosotros, David PK, David Candelas, Jose y yo, con la intención de alquilar unas raquetas y darnos un garbeo por zonas de no mucha pendiente.
Estación de Cotos |
Para no tener problemas de aparcamiento madrugamos como siempre, pero nos toco esperar un buen rato hasta que abrieran el almacén donde alquilan material de invierno, este año prometía, tanta cantidad de nieve en estas fechas no se da todos los años.
Chozas en la estación de Cotos |
Durante la espera tomamos la decisión de comenzar a subir por la Loma del Noruego e intentar llegar hasta el Cerro Valdemartín y si las condiciones eran favorables bajar por la Loma del Pingarrón bordeando de esta manera las pistas de esquí.
En el remonte de Las Guarramillas |
Si abajo hacía frío, arriba lógicamente mucho más, abrigado correctamente y bien alimentado e hidratado durante la marcha no se debe tener frío, pero pararse aquí es otra cosa. Nos llevó unas dos horas llegar hasta los remontes de La Guarramilla, la nieve no era propicia para nada. Todos se pusieron las raquetas menos yo que solo las usé en la parte alta y de ninguna de las dos maneras, los crampones por supuesto que habrían sido ridículos. Nieve de otoño, todavía tiene que caer más.
Camino del Collado de Las Guarramillas |
La cuestión es qué después de soportar los calores del verano, cuando hay un poco de invierno a la vista ¿como no vas a aprovecharlo?. La ruta no es para nada complicada y siempre existe la posibilidad de volver por el mismo camino, la pendiente por ahí es suave. Como no lo vimos mal, nos decantamos por continuar con el plan previsto.
Cerro de Valdemartín |
El Cerro Valdemartín 2.282 m. es ligeramente superior al Alto de Las Guarramillas 2.248 m., ambas cumbres pertenecen a La Cuerda larga. Tal vez fuera por esos pocos metros, o por el viento, o por el momento, o por lo que sea, pero el caso es que la niebla ahí era bastante más espesa. Te puede parecer que estás en el terreno más comodo, que más conoces y en el que es imposible perderse pero con niebla es imprescindible tener algo que te asegure que caminas en la dirección correcta.
Manolo fuera de su medio |
Tras descender unos cuantos metros la niebla era menos densa, como ya había hambre decidimos parar a comer algo y descansar un poco. Manolo manifestó no estar muy a gusto en la nieve, decía que no se encontraba en su medio, desde luego que tiene que haber gustos para todo. Al redactar esta entrada 9 meses después de haberla realizado sé que pasó el año nuevo ascendiendo el Mulhacén, ahora vas y lo cascas.
Arroyo de Las Guarramillas, cota 1840 |
La bajada con la tripa llena y apreciando la mejoría en el tiempo a cada paso es rápida y agradable, creo recordar que todos bajamos sin raquetas, en realidad no era un día para ellas. Llegamos al Arroyo de Las Guarramillas y nos permitimos un ratito de disfrute con la panorámica antes de devolver las raquetas de nuevo.
Arroyo de Las Guarramillas, cota 1840 |
La marcha con raquetas es una actividad agradable y sencilla en terrenos favorables. Pero ojo, no son validas en todos los casos, ante una placa de hielo o una pendiente pronunciada son completamente inútiles y nos obligarán a llevar material de invierno o a cambiar de itinerario, esto se debe tener muy claro.
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